Podrás disfrutar de pocas pero encantadoras cosas que hay entre Gete y Getino y quizás sea esto: la sencillez del lugar la que te enamorará desde el primer instante.
No te pierdas...
- Por encima de todo, el río Torio con sus aguas claras, rápidas de marzo que marca la línea baja del pequeño valle.
- Un viejo molino que parece nuevo donde antaño se molía la harina y hoy se asemeja a hotel o casa rural.
- Un restaurante donde Mirta te servirá una comida casera por unos 20 € con la grata compañía de una chimenea que convierte el fresco del lugar en un ambiente eternamente templado.
- Podrá bañarte en las aguas térmicas con propiedades férricas de las Caldas de Getino y gratis porque la entrada a las caldas es libre para el visitante.
- Sus cuatro o cinco humildes edificaciones que han pasado de cuadras de ganado a hogares veraniegos.
- Un pequeño puente romano apoyado en el actual que sirvió de sitio de paso o unión entre ambas laderas del rio.
- Busca en la carretera un mojón con el punto kilométrico 40 porque no hace demasiados años los enamorados del valle, (ella de Rodillazo y él de Getino) se declaraban en este lugar asegurando 40 años de amor continuado. (esto de los 40 años de amor me lo acabo de inventar, pero podría ser una bonita verdad)
Y Por último, no te olvides del necesario abrigo para combatir lo que los lugareños llaman fresco y el resto de los mortales que no somos de montaña llamamos frío.