BASE DEL MODELO EDUCATIVO “DoceCO”
Segunda parte
Ante cualquier cambio y más si este se produce en Educación, necesitamos plantearnos en los centros educativos una estrategia, un plan de trabajo para dar la mejor repuesta a la Reforma Educativa. Estemos o no de acuerdo, la LOMCE es una realidad que debemos afrontar con las máximas garantías.
Presento a continuación los aspectos básicos de un modelo que va más allá de la educación, podríamos afirmar que sirve para cualquier ámbito profesional en el que estén implicados en un mismo trabajo más de dos personas, mas de dos maestros.
1. Convivencia
El ser humano necesita de los
otros para vivir. No podemos ser sólo personas individuales. Trabajamos
diariamente con otros profesionales en una misma dirección (no sólo nuestros
clientes: alumnos y sus familias). Interesarse por conocer los problemas y
situación de las familias de nuestros alumnos es de vital importancia. La
sociedad actual ya no sólo nos pide enseñar a nuestros alumnos. Nos pide
educarle en y para la vida e incluso a sus propios progenitores preocupados de
todo menos de sus hijos. La figura del maestro, en amplio sentido de la
palabra, deberá alcanzar también a padres inexpertos que no saben como afrontar
la educación de sus hijos.
Por otro lado, la
deshumanización del trabajo, a veces conlleva al desconocimiento del compañero
que tenemos al lado; sus problemas e inquietudes. ¿Está casado, tiene hijos,
tiene a cargo a sus padres, le gusta leer, escribe poesía o el bricolaje es su
pasión? Nos pasamos horas que se convierten en años con nuestros compañeros y
apenas sabemos nada de su vida.
Se hace necesario dar un
impulso a las relaciones sociales en el trabajo (sobre todo en centros
educativos con un claustro numeroso). Tomar un vino, comer juntos, ir de vuelta
a casa charlando con un compañero humaniza las relaciones profesionales y
facilita la empatía. El concepto latino de convivencia implica comer en el
mismo plato, comulgar con el anfitrión. Participar en los sentimientos del
compañero libera tensiones y allana el camino a futuras tensiones.
2. Conocimiento
Sin duda, el actual maestro o
profesor es conocedor de la materia que ha de enseñar. Sin embargo, no me
refiero al conocimiento intelectual, me refiero al conocimiento como a la
fusión natural de competencia y convivencia. Las inteligencias múltiples.
Hemos de apostar por el
desarrollo de las inteligencias múltiples. Adquirir las estrategias necesarias
y ser capaz de valorar al alumno inteligente en múltiples ámbitos sociales,
familiares y escolares. La corriente pedagógica de Gardner debe impregnar las
escuelas de hoy para llegar a lo más hondo de nuestros compañeros y de nuestros
clientes: alumnos y familias. La educación es multi-inteligente.
3. Compromiso
Como trabajadores y/o profesionales estamos obligados a
comprometernos con el desarrollo de la tarea que nos encomienda. Firmamos un
contrato en el que nos comprometemos a cambio de un salario. Es este un
compromiso administrativo banal aunque esencial si queremos comer todos los
días.
Al comprometerme (y más si
hablamos de vocación) adquiero una obligación personal y profesional. Nuestros
clientes y compañeros esperan de nosotros un mínimo de implicación en la tarea
educativa. No vale el pasar… Las escuelas de hoy no pueden permitir
profesionales que vayan a lo suyo y no participen mínimamente de un grado de
implicación grupal. Ya no sirve el compromiso individual.
Me comprometo con mi centro
educativo, con mis compañeros, con mis alumnos y familias y al comprometerme me
implico en el conjunto y adquiero una obligación y reparto satisfacciones
grupales.
4. Confianza
Cualquier cambio implica
inicialmente desconfianza. No cambiamos para seguir igual. Los docentes hemos
sufrido y en ocasiones padecido tantas reformas educativas dependiendo del
color político de turno que ha llegado un momento que poco nos importa la Ley
Orgánica de turno o el Currículo autonómico que delimita aun más las
diferencias.
Las reformas las tenemos que
hacer en nuestro interior en nuestra manera de pensar. La confianza en nosotros
mismos y en la capacidad y profesionalidad del compañero. Reformamos nuestro
centro educativo si confiamos en que el cambio es y será positivo para toda la
comunidad educativa.
Está claro que cada vez nos
piden más por el mismo sueldo (o incluso menos) y eso supone inseguridad profesional.
Esta situación no debería ser la justificación a los males cotidianos de
nuestras aulas.
5. Continuidad
No se mejora o se perfecciona
un producto en cuatro días. La educación supone continuidad. Los cambios se
perciben con el tiempo. Cambios en nosotros, en nuestros alumnos y en los
centros educativos.
Desde luego, continuidad no
significa hacer siempre lo mismo o lo contrario: no hacer lo que siempre hemos
hecho. Tratamos de reformar para mejorar, tratamos de cambiar para reformar.
Se producen pequeños cambios
individuales que conllevan grandes cambios grupales. Si nos comprometemos y
confiamos solo necesitamos darle continuidad al proyecto: los resultados
aparecerán.
Evaluar el proceso y los
resultados nos posibilita realizar los cambios curso a curso para redefinir
nuestro proyecto sin alterar la esencia fundamental.
6. Comunicación
Estamos y participamos de la
era de la comunicación. Los centros educativos hemos de aprender a comunicar a
la sociedad lo que estamos haciendo, como lo estamos haciendo, porque lo
hacemos y para que lo hacemos.
Es incomprensible que los
centros educativos tengamos decenas de planes y proyectos y no hayamos
desarrollado un proyecto de marketing educativo. La sociedad actual no se
conforma con que el maestro enseñe al alumno y el centro supla cada vez más
necesidades vitales que los alumnos necesitan.
Hemos de desarrollar un
proyecto de marketing educativo que integre los fundamentos anteriormente descritos.
Hemos de poner remedio en esa verdad a medias que cada cobra más fortaleza: si
no apareces en Google es porque no eres relevante y los centros educativos
deben tener la máxima relevancia social que sin duda hemos de ganarla día a día
con el trabajo de cada unos de los integrantes que formamos este gran mundo
llamado EDUCACIÓN.
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