sábado, 29 de noviembre de 2014

¡FELICIDADES SANTIAGO!

Hoy en día en España cumplir 80 años no es un hito demasiado extraordinario, muchas personas lo consiguen. Mi querido suegro Santiago alcanza hoy esta cifra tan redonda. Y lo hace, con la sabiduría que dan los años y la lentitud precisa de vivir cada día.
Atrás quedaron años de penurias, ser el hijo mayor de cinco hermanos en los tiempos de la posguerra suponía mucho sacrificio en favor de la familia. Horas y horas de trabajos con aquellos primeros tractores que sudaban por las tierras de Los Oteros. 
Santiago es una gran persona, inteligente (me atrevería a decir que muy inteligente). Como tantos otros de su generación, no tuvo la oportunidad de estudiar y demostrar porqué era el primero de su clase: solo se le “permitió” trabajar y trabajar para el resto de la familia. 
Estrenó la democracia siendo durante doce años alcalde del pueblo y cuenta que les pagaban con un par de tabletas de turrón de cacahuete por navidad como agradecimiento a la labor política. ¡Cómo han cambiado las cosas!
Que nunca se le vea enfadado se debe a poseer la calma y el sosiego del que piensa y reflexiona con sabiduría sin dar importancia a las cosas banales que a tantos nos supera. Posiblemente la tranquilidad y el nunca tener prisa para casi nada, le permite alardear de no haber tenido que probar las sábanas de un hospital y tener una magnífica salud.
A Santiago, como a su padre, le encanta jugar la partida (cuenta mi suegra que más de un día, padre e hijo tuvieron que quitarle las puntas que sujetaban los cristales de esas viejas ventanas para entrar en casa porque la partida se alargaba y su madre se enfadaba. ¿ Y que iban a hacer si era casi lo único que podían hacer en esos tiempos?). Pocos días ha perdido de ir al bar a pasar media tarde jugando con los de siempre o con los que haya. Salir a pasear con el único objetivo de encontrarse con algún conocido y charlar un rato de lo que surja, porque las personas mayores al igual que los niños siempre tienen algo que hablar.
La familia, su familia, nuestra familia ha sido y es lo más importante de su vida (de eso tenemos mucho que aprender las generaciones actuales). Su mujer, su hija, sus nietos, los hermanos y sobrinos… Desde luego da gusto verle disfrutar con sus nietos, ir al bar o al quiosco juntos, darles la propina siempre que se la piden, permitirles y consentirles lo que sólo los abuelos son capaces de hacer con los nietos y que los padres haremos cuando adquiramos la categoría de abuelos.
¡Felicidades Santiago!

domingo, 16 de noviembre de 2014

LICOR 43


43 más 43 son 86. ¿Demasiados años para mantenerse vivo? Los científicos opinan que viviremos mucho más, hasta 120 años nos contaba Carlos Martínez Alonso este sábado en TEDxLeón.
La realidad actual es que la decadencia fisiológica y anatómica comienza paulatinamente a descender y a quien no le duele el brazo le duele el espinazo. 
Sin darnos cuenta maduramos y nos hacemos mayores y con suerte llegaremos a viejos o muy viejos. ¡Nadie desea morirse sin querer!
Por contrapartida a la decadencia física, nuestras neuronas a partir de los 40 comienzan a trabajar de forma diferente, de otra manera. Algo pasa en el cabezón humano que permite ver, vivir, sentir y en definitiva disfrutar la vida de una manera imaginable veinte años atrás. (Razón tienen los franceses cuando aseguran que la verdadera vida comienza con el inicio de la cuarta decena).
La estabilidad emocional, laboral y familiar que se consigue a estas nuestras edades. Nos permite reconocer lo verdaderamente importante de la vida con claridad meridiana: la familia, nuestra familia, cada uno la suya. Mantenerla unida y feliz deberá ser y es el objetivo de los próximos 43.

martes, 4 de noviembre de 2014

Ávila, pedregosa y amurallada

La pequeña ciudad castellana declarada patrimonio de la humanidad hace 29 años tiene el encanto de esas ciudades que no tienen nada y a la vez lo tienen todo.
Sin duda, las murallas destacan por encima de cualquier otro monumento y es la imagen más característica de la ciudad.

Ávila es para peatones y por eso es silenciosa, calmada, a otro ritmo. Es un placer dar un paseo o cientos con calzado cómodo por sus calles desniveladas y empedradas de otra época. Disfrutar de más de 40 monumentos entre iglesias, conventos y palacetes.

Pasear sin prisa (es difícil hacerlo de otra manera) y adentrarse por una de las 9 puertas de la muralla. Salir por unas y entrar por otras como si fuese un laberinto versallesco.
Podemos realizar muchas paradas, pero al menos no dejes de disfrutar de estas cinco:

  • Su curiosa catedral gótica El Salvador que más bien parece una fortaleza.
  • Sus murallas son su mejor escaparate y te permitirán adentrarte en otros tiempos Hasta el mismísimo Orson Wells se dejó conquistar para rodar campanadas en la oscuridad.
  • La basílica románica de San Vicente.
  • La plaza de la Santa de la ciudad: Teresa o la puerta del Alcázar donde Juan Pablo II inauguró una estatua conmemorativa en el año de los mundiales.
  • El mirador de los cuatro postes donde podrás disfrutar desde el suelo de las mejores vistas de la ciudad, tanto de día como de noche.
El turista en Ávila nunca se encontrará sólo porque al igual que las gotas del río Adaja bajan de Villatoro, así lo hacen los visitantes pos sus calles, cámara en ristre para inmortalizar los rincones más ocultos de una pequeña gran ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Nadie se va de  Ávila sin probar el menú típico: sus judías del Barco, chuletón y las no más famosas yemas de Santa Teresa.