Pintada en el Colegio de Pastorinas. León. España. |
Llegados hasta este punto, cada uno tiene su opinión y ha de respetarse pero estamos obligados a dialogar si en el año 2015 después de Cristo la religión es necesaria en las escuelas e institutos o con la enseñanza de Valores Sociales y democráticos es suficiente.
Pocos conocen los problemas de incluir la religión en horario escolar y curricular. Podríamos agruparlos en los siguientes siete pecados capitales:
Pocos conocen los problemas de incluir la religión en horario escolar y curricular. Podríamos agruparlos en los siguientes siete pecados capitales:
1º Se ocupan 60 o 90 minutos semanales en no aprender un poco más de inglés o matemáticas o lengua o informática… o en cursar Valores Cívicos y Morales
2º Se obliga a los alumnos que no optan por religión a elegir el desastroso y viejo invento de MAE (medidas de atención educativa) o el más moderno de Valores Cívicos y Morales.
3º Se fracciona la escuela entre dos opciones y se refuerza la idea entre el alumnado de pertenencia a un grupo u otro dependiendo de las creencias religiosas familiares produciendo desigualdades innecesarias.
4º Se condiciona toda la organización de un centro educativo a las horas de religión y a los maestros de religión ya que la mayoría de maestros que imparten religión están impuestos por el obispado de turno y tienen horarios laborales incompletos que condicionan el resto de las horas. Se prioriza ajustar las horas de religión frente a áreas troncales como lengua o matemáticas. (Una de las mayores estupideces en la que Administración Educativa mira para otro lado).
5º Se permite que los obispados contraten a maestros o profesores en los que se valora más la afinidad familiar que la valía profesional. En la escuela pública hay demasiados sobrinos y sobrinetes de curas y monjas.
6º Se presiona a los maestros que imparten el área a conseguir todos los cursos una autorización en forma de "missio canónica".
7º Se "invita" a los profesores de religión a compartir horas y sueldo con otros profesores que pierden horas por falta de alumnado, incumpliéndose la normativa que prioriza afianzar jornadas completas que facilitan la organización de los centros y el ahorro de dinero en desplazamientos e itinerancias de la caja común del estado.
Después de esta exposición no sabría decidir de la conveniencia de incluir la religión en las escuelas. Lo que sí tengo claro es que no como hasta ahora. Si se decide que sí, debemos exigir que sea la Administración la que tome las riendas del asunto con dos simples decisiones:
1ª Incluir el Grado Universitario de Maestro Especialista en Religión.
2ª Convocar oposiciones para los maestros de religión.
Con esto conseguiríamos normalizar una situación anormal que arrastramos por un concordato que toca revisar. ¡Si Francisco supiera la desorganización organizada que ostentan algunos titulares diocesanos! Látigo en mano, no dudaría en simular a Jesucristo en el templo de Jerusalén.
Fácil, pero se me antoja imposible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario