Una noche de primavera con
flequillo en un andamio de moda.
El olor de la primera casa en una
batalla de clavos.
Los incontables aviones desde la
arena de Mallorca.
Los pantalones encogidos un día
antes del día.
Un 124 cansado que cambió la
primera noche en la fiesta del pueblo.
Un concierto de Mecano que nunca llegó.
Los minutos de espera en la
corbata. (ahora sería pajarita)
Noches de fiesta con final en un
camping coyantino.
Mucha policía en un rodeo de moda.
Una llamada de teléfono con
lotería de trabajo.
Las primeras olimpiadas en
Sabarís.
Esa foto juntos coa la bolsa en el Monte
Santa Tecla.
Las lagrimas infinitas por un amarillo
con gafotas encantador.
Un cactus como regalo fallido.
Los lloros de una mochosa
caprichosa convertida en princesa.
Los paseos a dos manos para poder
estudiar un futuro.
Un verderón que sembró de
desconfianza la confianza.
Los cubalibres de desayuno en el
Caribe.
Las risas que pasamos con un pedo
gallego.
Las miles de fotos en cualquier
sitio.
Los incontables escalones
canarios con bella vista.
Benalmadena beach como primer capítulo.
Un apartamento con cara de obispo
como primera inversión.
Un golfo blanco que todavía sale
de fiesta sin batería.
Algún chupito de manzana verde
antes del butano.
Los colores de Heidi marcados en
la cara.
Los vientos de Lanzarote como
compensación.
Los momentos infinitos bajo
tierra iluminados con vino.
Las frías fiestas del pueblo, de
uno y del otro.
La primera cena en una granja en
forma de restaurante.
Los besos rodeados de abrazos.
La niña de carnaval disfrazada de vieja.
Los repentes heredados y siempre perdonados.
Los viajes de Laurín y yo.
La elegancia sencilla, discreta y
acertada.
El bastón y las muletas dondeapoyarse.
La limpieza y el orden como metodología.
La maestra perfecta para todos
los colegios.
Nuestra tortilla de los
miércoles.
La pena que quedó en un pueblo
zamorano.
Los carteles de Hernani
anunciando una oreja.
Holanda como país distinto a mi País Leonés.
Los burros de playa cuando
duplicamos el dos.
Comuniones responsables llenas de
ilusión.
La vida real que tanto me costó
aprender.
Un primer anillo bañezano.
La memoria de todo lo que no
recuerdo.
El esquí que siempre decimos y
pocas vamos.
El baile del sua sua veinte años
antes.
Las infitas rosas que nos quedan
juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario